Con un pie en la compañía.
Este fin de semana estuve en la casa de ejercicios espirituales de Puente Grande (Jalisco), en un taller de Discernimiento Ignaciano. El taller fue muy interesante, se tocaron varios aspectos de la espiritualidad jesuita y como aplicar algunos de estos en la vida cotidiana.
Hubo muchas personas interesadas en la compañía; jóvenes y adultos que iban de los diecisiete a los treinta y tantos años de edad. Así mismo tuvimos la fortuna de que nuestro grupo fuera acompañado por el padre Víctor, un jesuita de unos ochenta años de edad, que había pasado unos cincuenta años en la sierra Tarahumara, y que ahora esta en Puente Grande a cargo del tercenado(ultima etapa de la formación jesuita, también conocida como tercera probación).
La sabiduría de un hombre viejo siempre es enriquecedora para aquellos con quienes la comparte, y en este caso no fue la excepción. Sin embargo, creo que la mejor aportación de Víctor fueron sus ánimos y sus palabras de aliento llenas del espíritu de Dios.
Por otro lado, tuve la oportunidad de tener mi entrevista con el coordinador de vocaciones. Al principio no sabia que esperar de dicho encuentro, y estaba un tanto resignado a que se retrasara a enero mi ingreso a la compañía. Sin embargo, el resultado fue mucho mas favorable de lo previsto, y cuando me dijo que fuera preparándome para ingresar al pre-noviciado apenas podía contener la emoción.
Al final, este fin de semana vi, conocí y aprendí muchas cosas. Pero lo mas importante que pude traerme de allá, fue una Fe renovada, nuevo ánimos y un corazón ardiente y preparado para seguir adelante.